La poesía gauchesca
La poesía gauchesca
La poesía gauchesca es un fenómeno literario único dentro del contexto de la literatura del continente. Iniciada a comienzos del s. XIX, es una literatura escrita por hombres de ciudad pero destinada a circular en el medio rural. Eran poesías que no estaban destinados a la élite sino entre a las masas, y este propósito determina la elección del vocabulario, los personajes y la métrica, ya que su fin era lograr que la gente los cantara y se esa forma se difundieran. Su fin inicial era fundamentalmente político.
Si bien hay antecedentes Coloniales se puede decir que la poesía gauchesca es fruto de la Revolución y de las Guerras civiles que siguieron a la Independencia. Contó con grandes poetas, como Bartolomé Hidalgo, y produjo por lo menos una obra de alcance universal: el Martín Fierro.
Muchos autores gauchescos presentaban su obra como creación de un payador o de un gaucho cantor. Hilario Ascásubi produjo a Paulino Lucero y Aniceto el Gallo; José Hernández será casi fagocitado por su personaje, hasta el punto que al final de su vida se lo conocía como el “Senador Martín Fierro”. De estos personajes nace un subgénero de la poesía gauchesca: las composiciones cómicas o satíricas que estos personajes suelen realizar en forma de payadas o cartas en verso dedicadas a algún amigo. Regules cultivó también esta variente de la poesía gauchesca
Pitaba piola picada / hacía vino con tomate / y en unos botines viejos / era que tomaba mate (El viejo Paredes)
La poesía de Regules pertenece a un avatar de esta tradición literaria: lo que ha sido llamado el “lirismo nativista”. Se trataba de una literatura diferente de aquella de la primera mitad del s. XIX, aunque el gaucho y su mundo siguieran siendo el tema. Esta poesía ya no tenía propósitos de agitación política específica, ahora se trataba de transformar al mundo rural y al gaucho, ya fuertemente idealizado y cargado de pintoresquismo, en tema literario.