2. La mirada interpetativa
La mirada interpretativa
Si la mirada de los contemporáneos a los hechos de 1825 es un prisma que se descompone en múltiples direcciones, el paso de los años permite observarlos con mayor distancia interpretativa. Eduardo Acevedo Díaz reconstruyó con su novela Grito de gloria la Cruzada Libertadora, divulgando una mirada sobre los hechos históricos. Por su parte, Alberto Zum Felde discute esa interpretación, aportando un contrapunto que difundió en ocasión de conmemorarse el centenario de la declaratoria de la independencia. Ambos autores explican y replican una controversia en torno a las intenciones de la cruzada, que hasta hoy es motivo de polémica.
Eduardo Acevedo Díaz y Grito de gloria: la culminación de la trilogía independentista.
Grito de gloria es la novela que concluye la trilogía iniciada con Ismael (1888) y seguida por Nativa (1890). Se trata de la gran saga de novelas históricas que abordan las luchas independentistas del Uruguay, y que aún no ha sido igualada. Ismael, que relata los comienzos del movimiento artiguista hasta la Batalla de las Piedras, y Nativa, que aborda el período de la Cisplatina, preparan el terreno en el que se desarrollará su culminante Grito de gloria. Esta última novela comienza con el desembarco de los Treinta y Tres Orientales, hasta la batalla de Sarandí, pasando por los grandes momentos históricos de ese épico 1825.
Grito de gloria es singular desde un punto de vista narrativo porque es allí donde confluyen los personajes e historias de las novelas anteriores. Es en ella donde Ismael, aquel muchacho que casi por casualidad se une al movimiento revolucionario de 1811, se encuentra, catorce años después y ya convertido en el coronel Ismael Velarde, con los protagonistas de Nativa: José María Bentos y Cuaró. Estos tres personajes son signo de la mixtura étnica que caracteriza la población oriental. Bentos es el señorito rubio de Montevideo que se aleja de su familia para entreverarse en la lucha armada, Cuaró es el indio de instinto salvaje y mirada recia, e Ismael es el gaucho de cabellos todavía castaños, ya veterano en las lides patrias.
La trilogía de Acevedo Díaz es el nacimiento de la novela histórica uruguaya, es el despuntar de uno de los máximos narradores de este país y es también, la construcción de un imaginario nacional en torno a su gesta independentista. Desde sus primeras páginas, se plantea una interpretación de los hechos históricos muy concreta: la revolución nace contra la dominación brasileña y buscando el apoyo argentino, pero esa alianza es solo estratégica con el fin de expulsar el ejército imperial. Acevedo Díaz pone en boca de Juan Antonio Lavalleja las siguientes palabras: «Nación independiente podemos ser. Los paisanos no quieren ser más que orientales», y poco después replica: «Siempre he creído que nuestra hermosa tierra separada de esta y de otras por grandes ríos y por el océano, está destinada a encerrarse dentro de sus naturales límites y a vivir de sí misma…» Este punto de vista compartido con varios historiadores de la época, será cuestionado como se verá más adelante.
Aquí presentamos la novela completa en su primera edición y el borrador manuscrito del capítulo IV que se guarda en el Archivo Literario de BNU. Ese borrador lleva el título primitivo: «Ganguiles y carabelas», que fueron las embarcaciones en las que se efectuó el cruce de los Treinta y Tres Orientales.
Alberto Zum Felde y su epopeya, en el centenario de 1825
En conmemoración del centenario de los hechos históricos de 1825, el Concejo de administración de Montevideo, organizó un concurso de ensayo histórico. Alberto Zum Felde presentó su Epopeya de la Agraciada que resultó premiada y difundida a través de la editorial El siglo ilustrado, ese mismo año.
El ensayo se divide en dos partes: un prólogo que comenta muy brevemente la revolución artiguista, para centrarse de inmediato en el proceso anexionista que el Gral. Carlos Federico Lecor supo organizar en el Montevideo cisplatino. Como ya se ha visto en esta exposición, en los documentos que incumben a José Raymundo Guerra, un grupo importante de orientales encontró en la adhesión al gobierno imperial una forma del bienestar. Dice el ensayista: «Los responsables de ese desastre moral que humilló la dignidad de los orientales ante el poderío del conquistador, fueron ciertos elementos doctos y acaudalados de la época, sin convicciones definidas ni ideales, políticos, en quienes no había cuajado el credo artiguista, para quienes la tranquilidad burguesa estaba por encima de todos los principios».
La segunda parte del ensayo es el cuerpo principal titulado la Epopeya de la Agraciada, que recorre todo el proceso de la Cruzada Libertadora, desde uno de sus impulsos más potentes, la Batalla de Ayacucho, hasta el último gran episodio de armas en Ituzaingó. Es en los fragmentos donde aborda la Asamblea de la Florida cuando expone el contrapunto a la interpretación dada por Acevedo Díaz. Para Zum Felde la incorporación a las Provincias Unidas no es una estrategia producto de la necesidad, sino que: «Para los orientales de 1825, como para los de 1813, los argentinos no son extranjeros como lo son los brasileños y los españoles, sino hermanos de las otras provincias…»
Exponemos en su totalidad una versión digitalizada de este interesante documento, que puede consultarse en Sala Uruguay de Biblioteca Nacional.