Presentación de avances

Lograr una edición de poesías inéditas de Acuña de Figueroa es una tarea compleja por tres razones confabuladas.  La más evidente es su enorme producción poética, que se conserva actualmente en el Archivo Literario de la Biblioteca Nacional, y consta de veinticinco volúmenes manuscritos entre 1830 y 1862.  Este material, que a primer golpe de vista atestigua una caligrafía perfecta, al profundizar en él descubrimos que conforma una suerte de laberinto donde nos topamos con repeticiones, falsos finales, versiones dobles, primeros y segundos borradores, y otras confusiones.  A ese corpus hay que sumar cinco documentos breves: dos versiones primarias de La conspiración de las viejas contra las jóvenes, ambas fechadas en 1829, una versión encuadernada de La salve multiforme de 1856, un suelto titulado El rulito del pelo y un librillo conteniendo la canción Ilusiones de la ausencia de 1851. 

La segunda dificultad importante es la obra poética ya publicada de Acuña.  Se encuentra contenida en doce tomos de más de trescientas páginas cada uno, publicada en 1890, por la editorial de Vázquez Cores, Dornaleche y Reyes, bajo el título de Obras completas.  A esto hay que agregar una Antología epigramática editada por El siglo Ilustrado, en el mismo año, que ocupan tres tomos de unas doscientas cincuenta páginas cada uno.  En la fecha del centenario del poeta de la patria, ambas editoriales pugnaban por el honor de publicar sus obras completas.  Si bien el proyecto solamente fue finalizado por la primera editorial, ambas trabajaron con los volúmenes manuscritos.  Esto significaba que las dos ediciones son originales, y por lo tanto debían considerarse independientemente para contabilizar los éditos.  La cuantificación alcanzó la cifra (aún aproximada) de cuatro mil trescientos cincuenta composiciones publicadas entre las dos ediciones.

 A lo detallado hay que sumar una tercera dificultad para nada menor: la labor editorial.  Lo que aparece publicado, sobre todo en Obras Completas, no guarda una relación exacta con el original manuscrito. El trabajo editorial no se limitó a corregir errores evidentes, eliminar reiteraciones, u ordenar con algún criterio, también seleccionó y, en muchos casos, modificó composiciones, incluyendo sus títulos.  Esto último significa una complicación enorme para la detección de inéditos, porque no podemos confiar en una comparación mecánica entre índices. se hizo necesaria una revisión caso a caso en todas las oportunidades que se alteraron los títulos.

Esta investigación se está desarrollando hace poco más de un año y hemos alcanzado algunos avances que queremos compartir con el público.

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