Quiroga audiovisual
En 1933 Enrique Amorim relizó un registro fílmico de Quiroga, su esposa Ana María Cirés y su hija Pitoca. Estas imágenes dan cuenta del interés de los dos escritores por el mundo del cine y son parte de la Galería de escritores y artistas (1928-1959) que realizó Amorim y forman parte del Archivo General de la Universidad de la República. Ambos escritores salteños fueron amigos y fue Amorim quien trasladó a su ciudad natal la cabeza tallada en madera por el escultor ruso Stephan Nefedov (Erzia) en la que hoy se conservan los restos de Quiroga en la casa museo de Salto.
El interés de Quiroga por el cine lo llevó a escribir el guion La jangada, que nunca llegó a rodarse. Posiblemente fue escrito entre 1920 y 1922, y como aclara el escritor al comienzo del documento que se conserva en su archivo se trata de un "Bosquejo de film, con el argumento en grandes líneas. Salvo algunas escenas detalladas y varias escenas ya prontas". El texto revela la observación de los tipos sociales de Misiones por parte de Quiroga y el conocimiento que poseía del lenguaje cinematográfico, en un guion que alterna lo literario con lo estrictamente técnico.
Poco después de su muerte, se estrenó la película Prisioneros de la tierra (1939), que adapta su obra literaria al cine, tarea en la que participó su hijo Darío. La anécdota, ambientada en 1915, narra la explotación de los mensú, los trabajadores de los yerbatales. La película comienza con el reclutamiento que, con engaños y violencia, realiza el terrateniente para contar con esta mano de obra barata.
Son múltiples los programas de radio y televisión, así como los emprendimientos cinematográficos que tomaron como base la biografía de Quiroga —su temporada en la selva, sus últimos días de vida en Buenos Aires— y también su producción literaria —"Los mensú", "La gallina degollada", "El hombre muerto", por nombrar los ejemplos más emblemáticos—.
Este interés de los medios audiovisuales por su obra se corresponde con el que sintió el escritor a comienzos del siglo pasado por el cine, cuando fue uno de los pioneros de la crítica cinematográfica argentina. Sus crónicas sobre cine fueron publicadas en medios como Caras y Caretas, Fray Mocho, La Nación, entre otros.
En 2014 la Biblioteca Nacional publicó Horacio Quiroga: contexto de un crítico cinematográfico en el que Gerardo Ferreira y Andrés González repasaron el ambiente cultural en el que surgió esta faceta periodística del escritor, a la vez que recopilan sus artículos sobre el tema.
En los últimos años, +Quiroga Ediciones ha publicado varios textos que estudian la obra del escritor salteño, además de realizar el rescate de algunos textos desconocidos, como las seis novelas cortas que entre 1908 y 1913 publicó bajo la firma de S. Fragoso Lima. En Caras y Caretas, por ejemplo, convivieron textos firmados por Quiroga y también por este seudónimo.
Como expresaron Martín Bentancor y Alejandro Ferrari, los editores de esta publicación, no es la primera vez que las novelas circulan en nuestro medio, ya que en los años sesenta la editorial Arca los había publicado con una introducción de Noé Jitrik. Sin embargo, "es importante destacar que Quiroga nunca publicó en vida estas obras en formato libro, digamos. Además, el hecho de firmarlas con un seudónimo (con la pista de que en esa S inicial se desliza Silvestre, primer nombre de Quiroga) marca en el escritor cierta intención de alejamiento de los textos, alejamiento que no es tal si uno los compara, por temática, estilo, resolución y ambiente, con obras posteriores".
En 2016 el semanario Brecha publicó una separta dedicada a Quiroga en la que varios artículos repasan la relación entre vida, literatura y cine en el escritor salteño y aportan nuevas pistas de investigación para el estudio de una obra que todavía tiene mucho por decir.
Dos años más tarde, Santiago Musetti imaginó e ilustró el primer contacto de Quiroga con la selva, cuando en 1903 acompañó a Leopoldo Lugones a la expedición que exploró las ruinas jesuíticas de Misiones y el joven escritor tuvo la tarea de realizar el registro fotográfico.
El Archivo Nacional de la Imagen y la Palabra del Sodre conserva la audición de radio que en 1964 impartió Emir Rodríguez Monegal en una de sus emisoras. Escuchar el audio de Rodríguez Monegal sobre Quiroga. Allí el crítico uruguayo repasa varios aspectos de la vida y de la obra de uno de los escritores que más estudio. Relata, por ejemplo, su viaje a Misiones que realizó en los años sesenta por encargo del Instituto Nacional de Investigación y Archivo Literario (INIAL) de la Biblioteca Nacional, experiencia que le permitió escuchar Las raíces de Horacio Quiroga o Genio y figura de Horacio Quiroga, entre otros estudios.
La vida del escritor salteño inspiró dos obras de teatro escritas por Víctor Manuel Leites: Quiroga (1978) y Amor pasado (2000). La primera se estrenó en el Teatro Circular de Montevideo y fue dirigida por Jorge Curi; en este enlace se pueden leer algunas notas de prensa sobre la puesta en escena.
Pero Quiroga no solo ha inspirado a ilustradores, cineastas y dramaturgos, sino que otros narradores se han dedicado a ficcionalizar su biografía. En 2007, Helena Corbellini publicó La vida brava, una novela en la que recrea la vida amorosa de Quiroga: su noviazgo con María Esther Jurkowski, la joven de quien se enamoró y años más tarde inspiró el cuento "Una estación de amor"; los amores y desencuentros con Ana María Cires, su primera esposa, cuyo suicidio deja una huella en la vida del escritor; así como también su relación con la poeta Alfonsina Storni y María Elena Bravo, su última compañera.
En 1998 Juan Carlos Mondragón publicó El misterio Horacio Q, un conjunto de cuentos en los que homenajea a Quiroga a través de tópicos, ambientes e inflexiones creativas que lo caracterizaron. El autor de Cuentos de amor de locura y de muerte es personaje de uno de los cuentos cuando en "El hombre con sombrero, segundo a la izquierda, sin identificar" se recrean sus funerales.
A continuación se publican algunos de los materiales dedicados a Quiroga que están disponibles en YouTube: el documental "Horacio Quiroga, el desterrado" y "Horacio Quiroga: claves de lectura", ambos emprendimientos de la televisión argentina, al igual que "Horacio Quiroga: historia clínica", ficción que recrea los últimos años de vida del escritor en Buenos Aires. Por último, compartimos el cortometraje protagonizado por Roberto Suárez inspirado en el cuento "El hombre muerto" (Rain Dogs Cine, 2009) y la narración de "La miel silvestre" por parte de Alberto Laiseca, en el ciclo Cuentos de terror.