La Generación del 45

DA ROSA Y LA GENERACIÓN CRÍTICA

La Generación del 45 inauguró la literatura urbana uruguaya, impulsó el cosmopolitismo y el rigor formal en nuestra literatura y planteó una nueva relación entre el intelectual y la sociedad.

Da Rosa negó muchas veces su pertenecia a esta generación, y declaró sentirse más afín a escritores anteriores al 45 como Paco Espínola y Morosoli. Los motivos de esta distancia serían los temas criollistas que da Rosa frecuentó, su coloquialismo  y una obra despojada de pretensiones intelectuales y concentrada en el puro placer de narrar. Sin embargo historiadores y críticos no han dudado en integrarlo a la generación, y a consierarlo uno de los mejores cuentistas de la misma: prueba de ello es la entrega de Capítulo Oriental escrita por Alberto Paganini en 1968, que incluimos en esta exposición.

Se lo suele ubicar a da Rosa como integrante del grupo de escritores de Asir (1949-1959), revista literaria publicada en Mercedes por Washington Lockhart. Los principales integrantes de este grupo fueron Domingo Bordoli, Dionisio Trillo Pays, Arturo Sergio Visca y Liber Falco, además de Da Rosa. Se suele destacar la existencia de una poética común entre los integrantes de este grupo: en general cultivaron un tipo de literatura criollista que buscaba narrar en las historias de los pobres y humildes de las afueras de los pueblos del interior y del campo un contenido humano universal.  

ENTREVISTA A DA ROSA POR CÉSAR DI CANDIA

- Ud fue parte de la generación del 45

- Eso dicen los críticos y fui la oveja negra del grupo porque ellos integraban una generación muy exigente, muy erudita, muy docta...

- Eran la "generación crítica" y así los llamó Angel Rama en su libro

- Sí señor, y la mayoría tenía una actitud severamente impugnadora. Yo en cambio era nada más que un campesino que se había puesto a escribir y lo hacía en un lenguaje totalemente distinto a como lo hacían mis compañeros de la época. Pretendía ser auténtico, ser transmisor directo de mi tierra, de mi gente y sus costumbres, de su forma de hablar

- Y evidentemente lo fue. Pero me queda una duda: ¿qué opinaban de ud. los compañeros de la generación del 45 que no se caracterizaban precisamente por su indulgencia?

- Siempre me trataron muy bien. Empezando por Emir Rodríguez Monegal, que escribió la nota más elogiosa que yo haya leído sobre mi novela "Juan de los Desamparados" y siguiendo por Benedetti, que siempre me elogió en su columna crítica de "Marcha" o Angel Rama que era terrible por sus exigencias literarias y que conmigo fue muy benévolo. Claro que ellos señalaban mis limitaciones o por lo menos de lo que ellos
entendían por mis limitaciones: el regionalismo, el lenguaje dialectal que yo utilzaba.

(Búsqueda, 1990)

SOBRE LA REVISTA ASIR

"Conocí a la gente del grupo Asir, a Bordoli, Guido Castillo, Arturo S. Visca, de a ratos a Eliseo Salvador Porta, a Dionisio Trillo Pays y, por supuesto al inolvidable poeta Liber Falco [...] En casa de Bordolli, en la calle Coquimbo, hicimos una especie de academia informal, con mate, caña, cigarro, tango y guitarra. Esa 'escuela' me sirvio mucho, porque con ellos mucho aprendí. Casi toda la noche se hablaba de literatura. Apenas conocí a Washington Lockhart porque vivía (y vive) en Mercedes, pero fue el 'alma mater' de la revista"

Entrevista de Pablo Rocca, El País Cultural (1992)

SOBRE LA REVISTA ASIR (II)

- ¿De qué modo llegó a vincularse con "Asir"?

- Por mi relación con Morosoli [...] Un día le escribí. Le mandé unos cuentos que tenía [...] Bueno, le gustaron mis cuentos, en la carta me comentó algunos. Y al final me preguntaba: "No conoce Asir?" Solo eso. [...] Ni la revista había llegado a mis manos. Entonces recibí algunos datos y me vinculé con ese grupo, a través de Domingo Boroli. Allí largué mis primeros cuentos, participé en algunos concursos, hice mi "barra". Simultáneamenete salía en aquel momento "Número", la otra revista, y se dieron algunas trenzadas muy lindas. De todos modos yo creo que las dos revistas cumplieron un papel muy importante en su tiempo. "Número" era más académica, más universalista; nosotros estábamos un poco en lo local, en lo tradicional, en lo nuestro.

- ¿Cómo definiría el espíritu de Asir al que ud. adhirió?

- Fue un intento de reencuentro con lo tradicional con miras a proyectarlo en una literatura nacional; la búsqueda, el fomento de valores narrativos en materia criolla. Eso, por supuesto, sin negar lo otro.

Entrevista de Jorge Ruffinelli, Marcha (1971)

Un viaje con Paco Espínola

RECUERDO DE FRANSICO ESPÍNOLA

- ¿Cómo era Paco?

- Un hombre delicioso, un narrador oral como no ha habido otro. Los cuentos que solía hacer y repetir eran mucho más de los que logró escribir. Una vez hicimos un viaje a La Charqueada, él, Esteban Campal con su hijo y yo con el mío. A media mañana, mientras tomábamos mate en el pueblo, comenzó a hablar de un personaje del Quijote, el caballero del verde gabán. Por la tarde tomamos la camioneta, llegamos a Treinta
y Tres que queda a sesenta quilómetros y al llegar, todavía seguía dándonos una clase magistral sobre ese capítulo de la obra cervantina. Escucharlo resultaba maravilloso. Paco era capaz de hacer mismo cuento seis o siete veces y recrearlo siempre de manera diferente y atractiva

Entrevista de César di Candia (2000)

Da Rosa recoge y amplía este recuerdo sobre Francisco Espínola en un artículo para la Revista de la Biblioteca Nacional del año 1974 que publicamos

Generación del 45